viernes, 13 de febrero de 2009

A vueltas con el 23F.... Un día triste


Os posteo un comentario que he dejado en el blog de Luis Solana (ex diputado y hermano de Javier Solana).

Trata sobre mi experiencia personal de ese día.

Me animo a escribir mi experiencia de ese día….Yo tenía 9 años, y a diferencia de la mayoría de la gente de mi quinta, tengo un recuerdo muy intenso (y triste) de ese día.
Mis padres son militantes del Psoe de la época de la Transición, en Palma de Mallorca.Me acuerdo que aquel día mi hermano y yo estabamos entrenando a futbol cuando uno de nuestros entrenadores llegó con una cara muy seria (él estaba haciendo el servicio militar).Le comentó a su compañero: “han entrado los militares en el Congreso”. Yo, con mis 9 años me dí cuenta que aquello era algo muy grave (supongo que por lo que vivía cada día en casa con mis padres).
Mi padre era Secretario de Organización de la Agrupación de Palma, y mi madre en aquella época colaboraba en la UGT (de hecho, le pilló ese día en el sindicato).
Tengo varias imágenes de ese día grabadas en mi memoria. Una fue al entrar en mi casa (nos llevaron a mi hermano y a mi uno de los entrenadores, porque sabían de las situación de mis padres), al abrirse la puerta estaba el piso a oscuras, llena de humo de cigarros, y llena de gente, todos sentados en el suelo. Había un hombre muy grande, para mi percepción de niño, hablando por teléfono (creo que era Paco Obrador, el secretario general de la UGT). Luego me enteré que la mayoría de gente que había en mi casa eran de la UGT y algunos de CCOO.Mis padres estaban muy nerviosos porque en nuestra finca teníamos vecinos militares y mis padres nunca habían ocultado sus ideologías. Por lo que decidieron escondernos a mi , mi hermano y mi hermana en casa de unos amigos.
Después me enteré que mi padre pasó toda la noche en la Agrupación, destruyendo documentación y atendiendo el teléfono, porque recibían muchas llamadas de ancianos socialistas angustiados (que mal lo debieron de pasar todas esas personas que sufrieron la maldita guerra y le penosa y humillante posguerra, como mi abuelo, militar reublicano).
Pero sin duda alguna, la imagen que se me quedó más grabada y que nunca se me olvidará fué ya al día siguiente, cuando todo había acabado. Mi padre llegó a la casa donde nos habían escondido, y tras largas horas de tensión y angustia, al ver las imágenes del asalto al Congreso por la televisión, se derrumbó y se puso a llorar sin parar. Fue la primera vez que vi llorar a mi padre, y me impresionó mucho.
Durante todos estos años, siempre me ha invadido un sentimiento de rabia y frustación al hablar de este acontecimiento con la mayoría de gente de mi generación (tengo 37 años), porque muchos de ellos no es que lo vieran como algo muy lejano (incluso casi inexistente) sino que además no se le daba ni el más mínimo de interés…..
Espero que la serie de ayer haya servido de algo para mostrar a las nuevas generaciones la gravedad de los hechos de ese día. Me gustó mucho, no sé, pero me ha recordado muchísimo al último libro escrito por Pepe Oneto sobre el 23F.
Gracias por escribir en tu blog sobre ese día, y gracias por animarnos a escribir nuestras experiencias.

1 comentario:

  1. Hay cosas que no se olvidan ¿verdad hermano?...pero lo más triste es el "olvido" generacional y, casi me atrevo a decir, olvido general. En fin... Salud y República

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