viernes, 31 de julio de 2009

TRISTEZA, AMARGURA, DOLOR Y RABIA...


Ayer nuestra isla vivió el día más negro desde el inicio de nuestra democracia. Ayer vivimos muy de cerca el horror del terrorismo, ese horror que tantas veces hemos vivido desde la distancia nos tocó de lleno ayer.

Viví todo el día entre la perplejidad, la rabia y la tristeza. Mi familia de la península nos llamaba continuamente para preocuparse por nosotros, y nosotros lo vivíamos con extrañeza porque estamos en una isla, y siempre creímos que aquí nunca nos tocaría de cerca.

Pero nos ha tocado….. Ayer por la noche me acosté triste, muy triste por ver que por mucho que Eta esté debilitada, sigue teniendo capacidad para destrozar familias, porque esa es su profesión, destrozar vidas y familias. Si no fueran capaces de envolverse en su locura y sangre fría para ser verdugos de ciudadanos nadie hablaría de ellos. Y ese es su poder. Lo que pasa es que nosotros somos muchos más e infinitamente mejores, y aunque consigan hacernos sufrir, perderán todas las batallas.

Sin embargo, en el día de hoy, mi tristeza se ha convertido en amargura. Diego Salvà, uno de los Guardia Civiles asesinados, era compañero de piso de Carolina, compañera mía en el trabajo. Desde el atentado no la he visto, hoy viernes era su último día antes de empezar sus vacaciones y, aunque siempre es una chica con una sonrisa en su rostro, esta semana tenía más motivos aún. Toda la semana, entre risas, recordando lo feliz que iba a ser el viernes cuando empezara las vacaciones…. Y ahora mismo está pasando los peores momentos de su vida junto a los familiares de Diego.

Estoy seguro que Carolina con el tiempo volverá a sonreír como cada día cuando la veo al entrar a la oficina, pero tendrá que vivir con todo este drama. Y todo porque hay una serie de “personas” que piensan de forma diferente a la mayoría de nosotros, y su forma de discrepar consiste en hacer callar al otro. Y para ellos, hacer callar al otro consiste en matarlo, eliminarlo.

Esos que se hacen llamar abertzales dicen que quieren una Euskadi independiente, y bajo esa excusa matan y destrozan vidas de personas que lo único que hacen es trabajar dignamente. Tengo amigos independentistas y aunque no coincidimos en nuestras ideas políticas, coincidimos en lo fundamental y más importante: el amor a la libertad y al desarrollo de cada persona como individuo.

Pero claro, todo esto poco le importa ahora a mi compañera Carolina, porque le acaban de quitar a un amigo, a una parte importante de su vida. Y tendrá que aprender a vivir con esa pérdida, una pérdida que no ha sido causa de un accidente, ni de una desgracia ni enfermedad, sino por la decisión fría y calculadora de unas personas que eligieron a Diego como objetivo.

Hoy todo es tristeza, amargura, dolor y rabia…..